El patrimonio más grande de cualquier vendedor
Los bienes y servicios nunca valen más que las personas; una meta u objetivo jamás tendría sentido en el universo de una venta más humana, sino es para satisfacer las necesidades, aspiraciones o merecimientos de aquellos, a quienes van dirigidos sus logros, o que directamente se han comprometido con estos. Por eso mismo debemos preocuparnos por construir relaciones de mejor calidad, que dignifiquen la profesión y mejoren el entorno, para el beneficio de todos. Una de las cosas que más deteriora el ambiente laboral, es cuando los integrantes de un equipo se sienten ignorados, porque su líder simplemente no los escucha.
El buen líder sabe que no solamente se comunica con lo que dice sino también con lo que deja de decir, y toma ventaja cuando domina el arte de preguntar; si tenemos en cuenta las opiniones de los demás y reconocemos públicamente sus ideas, ganaremos sus voluntades e influiremos en ellos con mayor eficacia. Un líder que sabe escuchar no especula, sino que analiza detalladamente todas las partes involucradas, y mantiene preparado para contestar preguntas con plena seguridad; recordemos que casi todos vivimos prevenidos y nuestros seguidores no son la excepción. A veces el simple acto de escuchar es en sí mismo un acto de inspiración.
Un líder con destrezas para escuchar y hablar mantiene conectada a su gente con su visión; como sabe escuchar más allá de las palabras y la lógica, detecta con facilidad las emociones e intenciones de sus seguidores, y ellos al sentirse respetados y escuchados, también se sentirán partícipes y comprometidos. Después de escucharlos y descubrir los puntos coincidentes que los mantienen en el camino de su visión, él líder no se limita a indicar lo que ellos tienen que hacer; también se dedica a enseñarles cómo hacerlo.
El líder con sentido humano, es un apasionado de recibir retroalimentación tanto si es positiva o negativa, porque sabe que de esta manera puede medir, monitorear, y administrar los resultados constantemente; asimismo entiende lo que sucede y se dispone a examinar serenamente todos los hechos. Si en este proceso sabe articular lo que le resulta importante, será capaz de los más precisos diagnósticos y por consiguiente de soluciones rápidas; es en esos momentos de retroalimentación cuando detecta los cambios que se deben hacer. El efecto inspirador de los líderes que escuchan los hace visibles, y con esto dejan la sensación de mantener disponibles. Así es como proyectan una poderosa señal de integridad.