GERENCIA DE VIDA
Por: Rodulfo García G.
Es interesante ver como las empresas, especialmente las de producción, tienen un pleno control de todo el proceso productivo, definen claramente lo que quieren producir cada día, miden su eficiencia diariamente, están vigilando continuamente la calidad de todo el proceso, se aseguran de disponer de todos los recursos que se requieren para realizar la producción programada, llevan registros de cuantas veces se la máquinas presentaron fallas en su funcionamiento y cuál fue la causa, tienen personal de mantenimiento listo para atender las anomalías que presenten las máquinas, y al final del día, los operadores de las mismas diligencian un formulario que les permite a los supervisores conocer que fue lo que sucedió ese día en cada línea de producción y con esta información pueden medir cual fue la eficiencia de cada una de las líneas productivas, y determinar si cumplen con los estándares de procedimiento que previamente se habían definido.
Adicionalmente, los directivos tienen reuniones periódicas para evaluar lo que está sucediendo y efectuar correctivos en caso de que no se estén cumpliendo con las proyecciones fijadas, y así mismo, para determinar nuevas directrices a seguir e implementar nuevas estrategias para continuar mejorando la eficiencia productiva.
Ahora bien, es increíble que esto funcione de una manera tan planificada para asuntos externos y en tanto que nosotros, los seres humanos, no disponemos de algún tipo de estrategia para el manejo de nuestra vida, no tenemos planes de acción definidos, ni siquiera conocemos nuestra capacidad instalada, ni tenemos estándares operacionales, ni mucho menos criterios de evaluación de lo que estamos haciendo. Desde este punto de vista, somos una empresa a la deriva. Esto es inconcebible. Pienso que es nuestro deber hacer algo que nos permita mejorar esta situación.
Por tal motivo, considero que la solución está en la implementación de la de Gerencia de Vida, es decir, empezar a manejar nuestra vida con un criterio empresarial. Considero que es nuestro deber mejorar la eficiencia de las actividades que realizamos en nuestra vida. Tenemos que empezar a ejercer un mayor control de los recursos de los cuales disponemos. Es importante diseñar y diligenciar una planilla diaria de todas nuestras actividades. Debemos aprovechar al máximo el tiempo de que disponemos y debemos empezar a ocuparnos de hacer un mejor uso de él. Debemos tener claro lo que nos proponemos “producir cada día”. Tenemos que registrar cuantas veces nuestra “máquina” falla y cuál fue la causa para implementar alternativas que nos permitan evitarlas en el futuro. En resumen, debemos empezar a vigilar continuamente nuestro “proceso productivo”.
Debemos tener listos los materiales que vamos a usar durante nuestro proceso productivo diario. Tenemos que diseñar controles que nos permitan supervisar todas nuestras actividades. También diseñar un programa de capacitación personal para ejercer un manejo más productivo de nuestra “maquina”. En fin, es importante que le demos un manejo empresarial a nuestra vida si queremos alcanzar mayores niveles de eficiencia personal.
Estoy convencido que la Gerencia de Vida puede jugar un papel muy importante en el mejoramiento de la eficiencia de nuestra vida. Debemos aprender de todo lo que se está implementando con éxito a nivel empresarial. No podemos permitir que nuestra vida se nos escape sin aprovechar al máximo todo ese potencial que tenemos disponible. No debemos permitir que el tiempo pase impunemente sin que hagamos algo para controlarlo y optimizarlo. No quiero ver más personas- “empresas de vida- perdiendo la oportunidad de hacer algo grande y significativo.
Los invito a empezar a ejercer esa Gerencia de Vida. Manos a la obra. Vamos a aprender de las empresas y a aplicarlo a nuestras vidas. Ese es el reto que les planteo. Estoy a su disposición para compartir lo que hasta ahora he aprendido y practicado sobre este asunto.