Por: Natalia Ardila
Allí me encontraba, sentada en una mesa con mis auriculares puestos escuchando un documental que se titula: “Sé Valiente”, de Brené Brown. Era de las pocas veces en muchos años, que lograba estar casi que plenamente dentro de las palabras de la autora regalándome concentración en sus enseñanzas. Son esos momentos donde no esperas que ocurra nada afuera, porque realmente estás dentro. Estas palabras me recuerdan una frase de Sri Swami Purohit que nos recuerda que: “Si vives desde la mente, persigues las cosas que quieres y puede que consigas algo. Pero si vives desde el corazón, las cosas que quieres te persiguen a ti”.
Centrada en mi documental y una comida casera en mi mesa, una voz se me acercó pronunciando: “la paz sea contigo”, a tal expresión me fue inevitable no levantar mi rostro para ver de quien venían estas palabras con tanta grandeza. Aquel día conocí a don Malio, quien seguidamente me obsequió una tarjeta de presentación que daba por hecho tenían su número de teléfono, profesión y dirección donde poder encontrarle; para mi sorpresa, aquella tarjeta decía: “sin preocupación, sin ocupación, sin teléfono”, su mensaje empezaba a vislumbrarse tan claro frente a mí, un mensajero de paz y calma ante el atropello de vida que llevamos la mayoría de los seres humanos con el conocido estrés, ansiedad y prisas que hemos normalizado en nuestros días.
El regalo de conocerle apenas empezaba a pronunciarse, pues después de esa armonía que me había inspirado, seguidamente podía tomarme un café con quien le acompañaba en ese momento. Malio, es un hombre que ha sido deportista toda su vida, a sus 81 años, nos recuerda que más zapatillas y menos pastillas es el secreto de una vida saludable y una mente equilibrada. Empresario de un lugar al que aún en activo, me recuerda que él no trabaja, que él se entretiene y que el día tiene 24 horas donde tenemos la energía para hacer todo lo que nos proponemos. Un hombre que ha recorrido el mundo en bicicleta, me cuenta con una gran vitalidad lo que para él siempre ha sido importante, “su calidad de vida”, “su disfrute”, “su paz y el haz el bien y no mires a quien”. Secretos de verdadera sabiduría que mi corazón me pedía compartir con ustedes.
Personalmente he dedicado los últimos 8 años en encontrar un método que me recordara un camino hacia la paz o el bienestar interior, o uno donde pudiese sentir una verdadera pasión. He visitado muchos puertos, por supuesto que no menos o más que ustedes, cada uno somos un gran testimonio de aprendizaje y evolución. Estos años que he dedicado al autoconocimiento y al acercamiento de la posibilidad de auto sanarnos a nosotros mismos, desde la multitud de herramientas que nos ofrece la misma naturaleza que ha puesto a las personas indicadas para ello, he aprendido por lo menos para mí, no solo que tenemos la capacidad de despertar nuestra sabiduría interior, sino de que podemos y tenemos la capacidad de volver a conectar con nuestra esencia más olvidada en muchos casos. Esa fe con la que anhelamos y esas señales que van apareciendo, nos van dejando entrever con optimismo cual es el camino que nuestro corazón realmente quiere recorrer con alegría.
Muchas veces desorientados perdemos fácilmente el horizonte de nuestros verdaderos anhelos más profundos. El estrés, la ansiedad y las prisas con la que nuestras mentes nos llevan, nos van alejando cada vez más de nuestras prioridades más importantes, de lo que nos hace realmente felices trayendo y llevando paz desde esa verdadera conexión.
Intentaré llevar a ustedes el punto de conexión entre la vida de don Malio y el regalo de conocerle, el tema que muchos compartimos como las prisas, la ansiedad y el estrés y las diferentes herramientas de autoconocimiento y sanación. Utilizamos fuentes externas porque aún sin saberlo, todos necesitamos estar en esa fuente o corriente de vida que nos permita volvernos líderes en la propia vida. Don Malio me recuerda que la vida es muy sencilla, que cuando no vamos a contracorriente de la naturaleza, todo lo que nos llega a nosotros es verdaderamente apacible, qué si no encendemos fuegos que no podamos apagar, nadie puede perturbar una paz y una serenidad que ya es inherente. Dice que hay cosas que no se pueden ocultar como el humo o la tos, (gran sonrisa tuve cuando escuché esto), hacemos difícil lo que es obvio. Que allí donde encontremos paz y amor sea nuestro camino a honrar y recorrer. Que pasemos por nuestra vida sembrando cada día semillas de sencillez y calma, en esa única vía donde podemos reconocer lo que es verdaderamente importante y valioso. Aquello que no se compra con ningún dinero, pero si con equilibrio y sosiego. Un sosiego que nos dirija el camino en cualquier ámbito de nuestra vida, permitiendo formar nuestro proyecto de vida en esa energía elevada que todos llevamos en nuestro interior. Inspirándose en quienes lo han logrado e inspirando a quienes vienen detrás. Que, desde ese sosiego, crezcan nuestras raíces en un entorno construido a favor de nuestra verdadera naturaleza.
Terminando con palabras de don Malio y su gran sabiduría, recordemos que la vida es momento a momento, instante a instante y que podemos hacer de ella un bálsamo según esté nuestra mente. Inspirados en su historia de vida, sintamos la paz que este hombre lleva en toda la abundancia que le acompaña. Nos recuerda que la vida son experiencias, que no olvidemos que hay trenes que pasan una vez, que de vez en cuando la vida pide mojarnos y tomar el riesgo de aventurarnos. Que el ayer no existe y que es ahora cuando se vive. Que estas líneas puedan adentrarte en tu sabio corazón, y desde ahí y desde ese silencio que lleva al mundo, seas creador y receptor en prosperidad y benevolencia.