Nuestro compromiso con la acción

Por: Rodulfo García G.

PROMOTOR DE LA ESCUELA DE VIDA CONSCIENTE

Los seres humanos necesitamos realizar múltiples actividades para alcanzar el éxito y lograr la realización personal. Pero surge el interrogante: ¿Por qué no las hacemos? ¿Qué es lo que nos impide tener continuidad en nuestros propósitos? ¿Por qué dejamos de hacer lo que tenemos que hacer? ¿Por qué tanta postergación? ¿Qué es lo que está pasando? ¿Cuál es la causa de esto?

He estado investigando sobre este comportamiento de nosotros los seres humanos que dilata y posterga esas tareas, y he encontrado algunas de las posibles causas: ¿Podría ser el temor? ¿Podría ser la pereza? ¿Podría ser la falta de motivación? ¿La inconsciencia? Efectivamente, cualquiera de estas opciones nos puede llevar a descubrir la razón de nuestra parálisis, pero después de analizar detenidamente este asunto encontré que una de las principales razones que más incide en este comportamiento es la inercia, la pereza, la manifestación del ego personal que quiere estar cómodo, que no le gusta el esfuerzo, que quiere permanecer en la zona de confort y simplemente desea pasar por la vida sin muchas complicaciones.

Ahora bien, consideremos una premisa que me parece importante: “Si algo debe ser hecho, entonces nuestra responsabilidad es hacerlo”, ¿Les parece lógico? Por supuesto que sí, debemos realizar lo que sea necesario para lograr lo que necesitamos y queremos conseguir. No hay excusas. Porque si no lo hacemos, lo más probable es que todo se nos complique en el futuro y va a ser más difícil llevarlo a cabo. Por lo tanto, de nada nos sirve postergar la ejecución de una tarea si de verdad tenemos que hacerla. Tenemos que comprometernos con la acción. ¿Qué nos ganamos con postergar? Problemas y más problemas. Complicaciones y más complicaciones.

Tenemos que ser más responsables y reconocer que debemos hacer lo que necesitamos hacer. Si no lo hacemos hoy, lo vamos a tener que hacer mañana. Entonces ¿para qué postergarlo? No tiene sentido. Cualquier tarea que sea importante para nosotros debe ser hecha y mientras más rápido mejor. Menos complicaciones vamos a tener. Mas fuerza vamos a alcanzar.

El problema es que eso de la postergación y dejar las cosas para después se vuelve un hábito que aprendemos de la sociedad, del entorno, y el ego lo aprovecha en beneficio de su placer inmediato. No podemos permitir que esto suceda, debemos tomar conciencia de la necesidad de volvernos serios y hacer cada día lo que tenemos que hacer, sin excusas y sin quejarnos.

¿Y saben qué pasa cuando hacemos lo que tenemos que hacer? Ganamos fuerza, ganamos confianza en nosotros mismos, elevamos nuestra autoestima, avanzamos en decisión y nos convertimos en personas echadas para adelante, firmes en nuestras convicciones, responsables y nos tornamos guerreros de la vida, guerreros no de pelea sino de acción, de conciencia y de convicción.

Esa es la clase de persona que debemos ser. Responsables con las tareas que la vida nos plantea, personas realizadoras, personas de acción, con la energía suficiente para resolver los problemas que se nos presenten y con la convicción de que somos capaces de vivir la vida con decisión y firmeza.

Esta es la propuesta para cada uno de nosotros. La invitación es a comprometernos con la acción. ¿Aceptas el reto?